En muchas ocasiones, acudir a la clínica dental supone un proceso de concienciación para muchos pacientes provocado por malas experiencias anteriores, recuerdos dolorosos o coste económico.
El miedo puede crear un rechazo en los pacientes a las revisiones que realizamos y, como consecuencia, no podemos diagnosticar y tratar las posibles patologías presentes a tiempo.
En la consulta de los Dres. Grandío y Pazos intentamos llevar a cabo una serie de protocolos para que tu visita a nuestra consulta dental sea lo más agradable posible:
Explicación del tratamiento
Para nosotros, garantizar el bienestar de nuestros pacientes es lo primero. Por eso, antes de iniciar cualquier tratamiento, explicamos todo el proceso paso a paso al paciente. Recomendamos que establezcas una cita previa con nosotros para que te expliquemos todo el proceso del tratamiento que vamos a realizar para que sepas qué estamos haciendo exactamente y ganes confianza con nuestros profesionales para citas posteriores.
Programa tu consulta a primera hora
Al concertar tu cita a primera hora de la mañana evitamos que te preocupes durante todo el día sobre la intervención y también nos aseguramos de que no haya esperas por posibles retrasos.
No acudas solo
El proceso es más tranquilo si nos visitas acompañado de un familiar o un amigo. Al tener gente cercana a tu lado, hará que toda la experiencia resulte más positiva y te sientas más cómodo.
Acompaña tu visita de dispositivos que te distraigan
Para perder el miedo a las consultas puedes traer unos auriculares o cualquier otro dispositivo que te permita evadirte. El escuchar, por ejemplo, tus canciones favoritas durante el tratamiento, te ayudará a abstraerte y relajarte durante la consulta.
En nuestra clínica dental en Vigo consideramos esencial la comodidad y el bienestar de nuestros pacientes, por lo que siempre buscamos optimizar la experiencia de cada uno de ellos, independientemente de su situación. Si buscas una clínica dental en Vigo que te haga sentir como en casa, no dudes en contactar con nosotros. ¡En Grandío Pazos no existe miedo al dentista!