Una de las claves para prevenir las enfermedades bucodentales más comunes, como la caries y las enfermedades de las encías, es el control del biofilm.
El biofilm oral está formado por una comunidad estructurada de múltiples microorganismos y supone un factor de virulencia para algunas enfermedades infecciosas orales, como la caries, la gingivitis, la periodontitis o la periimplantitis.
Se sabe que la cavidad oral alberga unas 700 especies de bacterias que conforman el microbioma oral. Las diversas especies de microorganismos presentes,
interactúan entre ellas, dando lugar a la formación de complejas comunidades de biopelículas y estableciendo un equilibrio entre ellas. Pero cuando se altera el ecosistema de la biopelícula oral, este equilibrio conseguido se rompe y se produce lo que se llama una disbiosis microbiana.
Esta alteración de la dinámica de la comunidad microbiana oral, la disbiosis microbiana, desempeña un papel fundamental en el origen de la gingivitis y el desarrollo de la enfermedad periodontal. La periodontitis se caracteriza por un desajuste inmunitario y la presencia de inflamación, así como, un mayor número de bacterias que promueven la destrucción de estructuras de soporte del diente, como el hueso alveolar o el ligamento periodontal.
Existen dos estrategias fundamentales para el control adecuado del biofilm oral, el control mecánico y el control químico.
La remoción mécanica del biofilm es la fórmula principal de control para prevenir el impacto y los riesgos de las enfermedades bucodentales provocadas por el desequilibrio de este entramado de microorganismos. Esta retirada de biofilm se consigue con diferentes instrumentos de higiene oral, los más usados son el cepillo manual o eléctrico, la higiene interdental con seda dental o con cepillos interproximales, los irrigadores bucales y el raspador lingual.
¿Qué tipo de cepillo elimina mejor el biofilm?
Estudios de alta evidencia científica publicados muestran un efecto mayor en la reducción de placa bacteriana y la gingivitis de los cepillos eléctricos en comparación con los cepillos manuales. Aunque debemos tener en cuenta las características gingivales de cada paciente a la hora de recomendar el tipo de cepillo dental a utilizar, o incluso proponer una combinación de ambos. Y si se compara entre cepillos eléctricos, oscilo-rotacionales y sónicos, parece que hay un cierto beneficio en el uso de los primeros frente a la tecnología sónica de alta frecuencia.
Nuestra labor, como especialistas en las encías, es informar a cada paciente sobre la técnica de cepillado y los diferentes tipos de cepillos disponibles.
¿Qué método es el más eficaz para la higiene interdental?
La seda dental, mejor que el hilo dental, es la primera opción en pacientes motivados y con buena destreza manual con espacios interdentales cerrados. Si hay poco espacio entre dientes, pero el paciente presenta falta de motivación o dificultad de manejo, se podría utilizar como alternativas los cepillos interproximales de menor diámetro o el irrigador bucal.
Mientras que cuando tenemos espacios interdentales abiertos o amplios, con papila o con ausencia de ella, el cepillo interdental es el método más eficaz para eliminar la placa bacteriana que se queda acumulada entre nuestros dientes y donde el cepillo dental no puede acceder.
Tanto en pacientes sanos, donde la prioridad es la prevención, como en sujetos con enfermedades de las encías, los cepillos interproximales son los más efectivos frente al cepillado solo o la seda dental en la reducción del sangrado gingival, la disminución de la inflamación de las encías y la eliminación de la placa interdental.
¿Qué eficacia tienen los irrigadores dentales?
La eficacia de los irrigadores dentales en conjunto con el cepillo dental en términos de control de placa bacteriana es menor a otras alternativas de higiene bucal, pero en determinados pacientes la preferencia y la aceptabilidad es mayor para el irrigador dental.
Recientemente, los irrigadores dentales han demostrado su utilidad para el mantenimiento de la salud periimplantaria, así como para el tratamiento de la mucositis periimplantaria.
¿Qué utilidad y eficacia tiene el raspador lingual?
La limpieza lingual parece mejorar el acúmulo de placa bacteriana, pero no parecen existir diferencias en la eficacia de la limpieza cuando se recurre a un cepillo o un raspador lingual.
Además del control mecánico, en algunas enfermedades bucodentales es recomendable complementarlo con un control químico, como por ejemplo en el control de las caries dentales. La evidencia científica disponible muestra que las pastas dentífricas fluoradas minimizan la aparición de caries dentales, por lo que, un aporte de flúor podría beneficiar nuestra salud oral.
Otras formulaciones como el fluoruro de estaño pueden tener propiedades desensibilizantes o agentes antisépticos, normalmente prescrito en forma de colutorios o enjuagues, presentan características antiinflamatorias que ayudan en el control de las enfermedades de las encías.